top of page

Laudato Si', una encíclica que nos desafía a todos

Escrito por Laura Vargas Varcárcel

El 18 de junio se dio a conocer oficialmente la más anunciada y esperada Encíclica de un Papa, incluso fue el mismo Francisco quien se encargó de anunciarla en diversos círculos, tanto religiosos como sociales y políticos, así el 28 de octubre les decía a los representantes de movimientos populares reunidos en Roma: “Ustedes quizá sepan que estoy preparando una encíclica sobre Ecología: tengan la seguridad que sus preocupaciones estarán presentes en ella”.

 

Leyendo la Encíclica, se siente que, efectivamente, Francisco ha escuchado el grito de la tierra y el grito de los pobres, desde el inicio nos dice que nuestra hermana madre tierra: “clama por el daño que le pro­vocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus pro­pietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. (2)

 

A lo largo de 6 capítulos y más de 180 páginas encontramos un documento hermoso, de fácil lectura, que ilumina la problemática ambiental y que nos lleva a reconocer el momento dramático y urgente que enfrenta nuestro planeta por responsabilidad humana y la necesidad imperiosa de hacer un punto de quiebre, pues de seguir en la misma lógica vamos al despeñadero. Leemos ya en la introducción su llamado para asumir el desafío de un “desarrollo sostenible e integral“

 

“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La huma­nidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. (13)

 

Textualmente señala que su esperanza es que esta Encíclica que pertenece al magisterio social de la Iglesia “nos ayu­de a reconocer la grandeza, la urgencia y la her­mosura del desafío que se nos presenta”. (15)

 

Siguiendo a su santo patrón, Francisco de Asís, el Papa desde la misa inaugural de su pontificado ha expresado una gran preocupación por la situación de deterioro del planeta, y la responsabilidad que en ello nos cabe a los seres  humanos, y al sistema que hemos generado,  de allí su insistencia de ser custodios y guardianes de todo lo creado: “seamos custodios de la Creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de la destrucción y de muerte acompañen este mundo nuestro". (19.3.13)

Escuchar el clamor del pobre y el clamor de la tierra, que la podemos contar entre los pobres, que hoy día nos reclaman su derecho a poder vivir de acuerdo a la voluntad del Creador, es una tarea que nos convoca a todos sin excepciones, es el urgente y reiterativo llamado que nos hace el Papa: "Hay otros seres frágiles e indefensos, que muchas veces quedan a merced de los intereses económicos o de un uso indiscriminado. Me refiero al conjunto de la creación. Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás criaturas. Por nuestra realidad corpórea, Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación. No dejemos que a nuestro paso queden signos de destrucción y de muerte que afecten nuestra vida y la de las futuras generaciones. (EG 215)

 

Hay tanta verdad en estas afirmaciones, más aún, si nos ponemos a pensar que según investigaciones recientes, ya hemos entrado a la sexta extinción masiva de especies, pero esta vez, no por fenómenos naturales, sino por responsabilidad humana y en un tiempo muy corto.

 

La Encíclica sale justo en un momento crucial de nuestra historia, en julio las naciones del mundo se reúnen en Adis Abeba para la Conferencia sobre Finanzas para el Desarrollo; en Setiembre se tendrá en Nueva York la firma de los Objetivos de Desarrollo Sustentable que nos orientaran en los próximos 15 años para alcanzar  un desarrollo integral y sostenible y en diciembre, Paris será la sede de la Nueva Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio climático, de hecho con esta Encíclica el Papa Francisco es el líder mundial reconocido con la capacidad de incidir en las decisiones a las que han de arribar las naciones del mundo.

 

Muchísimas cosas se pueden decir de este extraordinario documento, quisiera terminar con las palabras del mismo Francisco en torno a algunos de los ejes de Laudato si: “la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la con­vicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabi­lidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida. Estos temas no se cierran ni abandonan, sino que son constantemente replanteados y en­riquecidos”.  Leamos con corazón sincero y mente abierta esta Encíclica, nos será de gran ayuda para hacer la conversión ecológica a la que nos invita.

bottom of page